Consejos prácticos para ahorrar en la factura de la luz

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El precio de la electricidad se ha convertido en uno de los temas que más preocupan a las familias. No es para menos: la factura de la luz supone un gasto fijo cada mes y, a menudo, se lleva una parte importante del presupuesto del hogar. Por eso, aprender a organizar el consumo, aprovechar las horas más baratas y revisar si tenemos contratada la potencia adecuada puede ayudarnos a ahorrar de forma significativa sin renunciar al confort.

Aprovechar las horas más baratas

Uno de los puntos clave para reducir el gasto eléctrico es conocer cómo funciona la tarifa de la luz. En la mayoría de los casos, el consumo se divide en tres tramos horarios:

  • Hora punta: es cuando la electricidad es más cara. Suele concentrarse en las franjas de la mañana y de la tarde-noche, cuando la mayoría de la gente está en casa y el consumo aumenta.
  • Hora llana: con un precio intermedio. Se sitúa en horarios de actividad normal, pero sin tanto pico de demanda.
  • Hora valle: es el tramo más barato. Generalmente va desde la medianoche hasta la mañana temprano y, en algunos casos, también incluye horas de la tarde durante el fin de semana.

Saber esto es fundamental porque hay electrodomésticos que consumen mucho, como la lavadora, el lavavajillas o el horno. Si logramos usarlos en horas valle, el ahorro en la factura se nota. Por ejemplo, una lavadora puesta a medianoche o a primera hora de la mañana puede costar hasta la mitad que si la ponemos a las ocho de la tarde. De todas formas, lo mejor es tener la posibilidad de conocer el horario para lavar ropa hoy cuando el precio de la electricidad es más económico.

La clave está en organizarse. Muchos aparatos permiten programar su inicio, lo que facilita aprovechar los tramos más baratos sin necesidad de estar pendientes del reloj.

La importancia de la potencia contratada

Otro aspecto que muchas veces pasa desapercibido es la potencia de luz contratada. Este término hace referencia al máximo de electricidad que podemos utilizar a la vez en casa. Es decir, si tenemos contratada una potencia de 4,6 kW, podremos usar simultáneamente diferentes electrodomésticos, siempre que no superemos ese límite de potencia.

El problema es que a menudo se contrata más potencia de la necesaria «por si acaso», lo que al final se traduce en pagar más de la cuenta cada mes en tu factura de la luz. Por otro lado, si la potencia es demasiado baja, saltará el interruptor cuando encendamos varios aparatos a la vez.

¿Cómo saber cuál es la adecuada? Lo ideal es revisar qué electrodomésticos solemos utilizar simultáneamente y calcular el consumo aproximado. Por ejemplo, encender al mismo tiempo el horno (2 kW), la vitrocerámica (1,5 kW) y la lavadora (0,5 kW) suma unos 4 kW. Si en tu hogar no se suelen utilizar todos a la vez, quizá con 3,5 kW sea suficiente. Ajustar la potencia puede representar un ahorro de más de 100 euros al año.

Pequeños gestos que suman

Más allá de las horas y la potencia contratada, existen otros trucos sencillos para reducir el consumo eléctrico en el día a día:

  • Electrodomésticos eficientes: si vas a cambiar un aparato, fíjate en su etiqueta energética. Los de clase A consumen mucho menos a largo plazo.
  • Iluminación LED: aunque requieren una inversión inicial, gastan hasta un 80% menos que las bombillas tradicionales y duran mucho más.
  • Apagar los «stand by»: televisores, ordenadores o cargadores siguen consumiendo energía cuando están en reposo. Usar regletas con interruptor es una buena manera de cortar el gasto fantasma.
  • Aprovechar la luz natural: subir persianas y abrir cortinas no cuesta nada y reduce la necesidad de encender lámparas.
  • Uso racional de la climatización: en invierno, mantener la calefacción entre 19 y 21 grados es suficiente. En verano, no bajar el aire acondicionado de 25 grados ayuda a contener la factura.

Hoy por hoy, la electricidad es un recurso imprescindible en nuestra vida, pero que esto sea así, no significa que tengamos que pagarla a cualquier precio. No se trata de renunciar al uso de los electrodomésticos, sino de ser más conscientes y organizados, ajustando lo contratado a nuestras necesidades.