El estado de alarma redujo los desplazamientos en coche, pero tras el regreso a la normalidad no se tardó mucho tiempo en volver a un ritmo habitual de tráfico. De acuerdo a los datos de Acierto.com, el vehículo privado se convirtió en la principal alternativa al transporte público como método para evitar contagios. No solo eso, el coche también es la opción favorita para viajar en la temporada de verano.
Sin embargo, es importante considerar que las altas temperaturas reducen el rendimiento del motor, y obligan a utilizar más el aire acondicionado. Esto acaba influyendo de manera negativa en los gastos de combustible. Llevar el coche con una carga muy elevada también es otro factor que complica el consumo, pero por suerte hay maneras de ahorrar en carburante y desde Acierto.com las enlistaron.
Un mal uso del aire acondicionado dispara el consumo hasta un 20%
Entre los factores que elevan el consumo de carburantes, el mal uso de aire acondicionado puede tener un efecto de entre el 5 y el 20%.
Al centrarnos en comportamientos específicos, si lo tenemos encendido continuadamente, el gasto se eleva hasta en un 8%. Esto explica porque el uso del aire acondicionado debe ser exclusivo de situaciones que lo ameritan. A bajas velocidades en la ciudad, conviene apagarlo, y abrir las ventanas en su lugar.
En carreteras, circulando a mayor velocidad, es al revés. Las ventanillas abiertas generan mayor reistencia por parte del vehículo, forzando el motor a consumir más carburante. En cualquier caso, antes de encenderlo es recomendable enfriar el coche unos minutos. Es una manera de que el sistema trabaje menos.
Otra clave para el uso eficiente del aire acondicionado es mantener los filtros limpios, y ajustar la temperatura entre 20 y 24 grados. Por debajo de esa temperatura, el gasto puede dispararse un 10%. También se recomienda buscar sombra para dejar el coche aparcado
El mantenimiento del vehículo ahorra combustible
Además del aire acondicionado, el mantenimiento del estado del motor es otro de los puntos clave. Para ahorrar combustible, tanto el motor como los sistemas y componentes del vehículos deben estar en el mejor estado posible. Esto incluye filtros, lubricantes, líquidos, etcétera. En cuanto al aceite, es importante utilizar el recomendado por el fabricante.
Después hay que revisar la presión de los neumáticos. Una presión de 0,3 bares por debajo de lo recomendado por el fabricante aumenta el uso de carburante en un 3%, y también influye en un desgaste mayor de las ruedas. Por desgracia, el mantenimiento del coche sigue siendo uno de los temas pendientes para los conductores españoles.
Una conducción eficiente ahorra un 44% de carburante
Acelerar y frenar bruscamente no es recomendable. Se recomienda mantener una velocidad constante, ya que al acelerar se usa energía del carburante para impulsar el automóvil. Parte de la energía se desperdicia al frenar. Circular en marchas largas, que mantienen el coche a bajas revoluciones, también es una alternativa a la hora de ahorrar en carburante.
La velocidad de circulación tampoco debe descuidarse. En términos generales, el consumo de carburante aumenta en relación al aumento de velocidad. Cada 20 km/h que aumentamos en velocidad, aumentamos un 44% el gasto en carburante.
Por ejemplo, si superamos los 100 km/h, aumentar la velocidad en 20 km/h hará que el consumo pase de 8 l/100km a 11,5 l/100km. Esto implica un aumento de casi 1000 euros al año en gasolina y 700 en coches diesel.
Otros trucos para ahorrar combustible
En otro orden, algunas aseguradoras ofrecen descuentos en combustible para gasolineras determinadas. Otras sortean cheques gasolina todas las semanas, y aunque las iniciativas van variando, es conveniente revisar las condiciones cuando contratamos nuestra póliza. Utilizar una aplicación que revise y compare precios del combustible en gasolineras también puede ayudar a ahorrar algunos euros.
El peso del vehículo es otro aspecto a considerar al salir de viaje. No es conveniente llenarlo en exceso, y utilizar bacas o remolques, si bien soluciona cuestiones de espacio, afecta a largo plazo el rendimiento del coche y engrosa la factura de gasolina.
En concreto, una carga adicional de 100 kilos supondría un 7% más de gasto en combustible. Lo mismo ocurre con cualquier elemento que interceda en la aerodinámica del coche.