Apuntes de Louise Bourgeois

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Uno siempre quiere saber cómo “le llega” la inspiración a un artista. De ahí el interés de la exposición que el 26 de abril se inauguró en la Galería Marlborough de Madrid hasta el 2 de junio: una selección obras de Louise Bourgeois, gestadas en esos momentos en los que uno intenta buscar y buscar, pero no encuentra todavía la nueva senda en el camino que haga quedar convencido y satisfecho. Con el título Apuntes recoge quince trabajos realizados entre 1993 y 2007, desde grabados y puntas secas a litografías. Y refleja la necesidad de la artista, casi compulsiva, de registrar sus diferentes estados de ánimo. Como ella misma solía decir: “Mis dibujos son plumas que contienen pensamientos e ideas y que atrapo al vuelo”.

Bourgeois (París, 1911-Nueva York, 2010) plasma en ellos los temas que guiaron su producción a lo largo de cinco décadas de intensa creación: la (enigmática y perturbadora) sexualidad, la maternidad, las relaciones familiares y de opresión en el hogar… Pero lo hace de una manera más sencilla y desenfadada, en la que, en muchos casos, el humor y la ironía son los grandes protagonistas.

Louise Joséphine Bourgeois estudió, entre otros, en el Ecole des Beaux-Arts de París y en el estudio de Fernand Léger, entablando amistad con artistas como Joan Miró, Yves Tanguy y Le Corbusier. En 1938, tras contraer matrimonio con el historiador de arte Robert Goldwater, se trasladó a vivir a Nueva York, donde inició su actividad escultórica, siendo una artista prácticamente desconocida para el gran público hasta que el MoMA le dedicó una retrospectiva, siendo la primera que consagraba a una mujer.

La muestra coincide en Marlborough con una exposición de pinturas de Abraham Lacalle (vista en una entrada anterior). Una quincena de trabajos, en su mayoría óleos sobre lienzo, presididos por una colosal acuarela, Fantasmas y crack (250 x 740 cm), en los que Lacalle se enfrenta a la pérdida de la inocencia, el exhibicionismo, la crueldad, la desconfianza y el tópico de la soledad.

La muestra coincide en Marlborough con una nueva exposición de pinturas de Abraham Lacalle (Almería. 1962). Una quincena de trabajos, en su mayoría óleos sobre lienzo, presididos por una colosal acuarela, Fantasmas y crack (250 x 740 cm), en los que Lacalle se enfrenta a la pérdida de la inocencia, el exhibicionismo, la crueldad, la desconfianza y el tópico de la soledad.

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