A lo largo de 2025, la cuestión de la verificación de edad en línea ha generado un intenso debate a nivel mundial. A pesar de que las mandatos de verificación de edad no garantizan una mayor seguridad para los jóvenes en el ciberespacio, numerosos gobiernos han impulsado legislaciones que obligan a todos los usuarios de internet a confirmar su edad antes de acceder a plataformas digitales. En el Reino Unido, la aplicación desorganizada de la Ley de Seguridad en Línea se ha llevado gran parte de la atención mediática, pero no está sola en esta tendencia. En Francia, ha habido fallos judiciales que permiten a los sitios de pornografía verificar las edades de los usuarios, mientras que la Comisión Europea ha avanzado en el desarrollo de una aplicación de verificación de edad, y Australia ha implementado una prohibición que impide a los menores de 16 años acceder a las redes sociales.
Esta oleada de legislación no solo incrementa las cargas sobre los usuarios de internet, sino que también los obliga a sacrificar su anonimato, privacidad y seguridad para acceder a contenidos legales. Las leyes actuales, que pueden considerarse como medidas de censura, afectarán especialmente a comunidades marginadas que suelen ser las más perjudicadas por las restricciones de contenido. En respuesta, diversas organizaciones han abogado durante todo el año para que los gobiernos detengan estas iniciativas y, en su lugar, protejan el derecho a la libre expresión y al acceso a la información en línea.
Uno de los movimientos más controversiales ha sido la imposición de restricciones para menores en redes sociales, una medida adoptada recientemente por Australia que les prohíbe a los menores de 16 años crear cuentas en plataformas como Instagram, Facebook y TikTok. Este enfoque, lejos de resolver problemas de privacidad y contenido inapropiado, corre el riesgo de dejar a muchos jóvenes sin protección alguna. En paralelo, la Comisión Europea ha comenzado a implementar medidas de verificación de edad que podrían comprometer aún más los derechos de privacidad y expresión de los menores.
En el Reino Unido, la Ley de Seguridad en Línea ha puesto en marcha una serie de regulaciones que requieren que todos los servicios en línea evalúen si albergan contenido perjudicial para los menores, obligándolos a establecer controles de edad para limitar el acceso a estos contenidos. Sin embargo, este esfuerzo ha sido criticado por su falta de una metodología efectiva en la verificación de edad, lo que podría resultar en una mayor vulnerabilidad de los jóvenes.
Además, la propuesta de un sistema de verificación de identidad digital en la Unión Europea ha levantado preocupaciones sobre la privacidad, al vincular la verificación de edad con una posible pérdida de derechos y la posibilidad de un mayor control estatal. A pesar de no existir una obligación legal de verificar la edad a nivel europeo, la prisa por implementar soluciones perjudiciales podría abrir la puerta a abusos.
La discusión sobre la seguridad en línea y la verificación de edad debe evolucionar hacia un enfoque más integral que reconozca la necesidad de proteger tanto la seguridad de los jóvenes como sus derechos de privacidad. La cuestión no se resolverá simplemente a través de tecnología; es crucial adoptar estrategias que prioricen el bienestar de todos los usuarios en el ecosistema digital. Las autoridades deben evitar adoptar medidas que resulten en una mayor vulnerabilidad de comunidades ya desprotegidas. En este sentido, será fundamental que los legisladores busquen soluciones efectivas y menos invasivas para la seguridad en línea en el futuro cercano.
Fuente: EFF.org




