La reciente decisión de la Corte Suprema en el caso Free Speech Coalition v. Paxton ha reavivado el debate legal sobre los mandatos de verificación de edad en sitios web. Aunque se trata de un fallo que revierte décadas de protecciones de la Primera Enmienda para adultos al acceso de contenido legal en línea, su alcance es limitado. La Corte decidió que la ley de Texas solo bloqueaba el acceso de menores a ciertos materiales que no tienen derecho a explorar, conocidos como «materiales perjudiciales para menores». Sin embargo, esta decisión no permite a los estados ni al gobierno federal imponer mandatos de verificación de edad más amplios en redes sociales, sitios de audiencia general o tiendas de aplicaciones.
La Fundación para la Libertad Electrónica (EFF) continúa oponiéndose a las mandatos de verificación de edad en diversos contextos, advirtiendo que estas «puertas de acceso» suponen una amenaza para la libertad de expresión y los derechos de privacidad tanto de adultos como de menores. De hecho, la Corte enfatizó que las restricciones de edad no son aceptables si se imponen sobre el contenido legalmente accesible para todos.
El razonamiento legal de la Corte depende de la premisa de que la ley de Texas únicamente limita el acceso a materiales que son considerados obscenos para los menores. En este sentido, la decisión pasó a ser objeto de un escrutinio intermedio, más laxo que el estricto que habitualmente se requeriría para regular la expresión protegida.
El fallo de la Corte ha sido criticado por varias organizaciones que defienden la libertad de expresión, que argumentan que la verificación de edad introduce obstáculos significativos para los adultos al acceder a contenido legal. Aunque la Corte afirmó que la ley no prohíbe a los adultos acceder a estos materiales, simplemente exige que verifiquen su edad, esta afirmación está enmarcada en la situación específica de los materiales perjudiciales para menores.
A pesar de esta limitada decisión, la lucha por los derechos de los usuarios de Internet continúa. El impulso por normalizar las restricciones en línea es fuerte, y es crucial que se sigan defendiendo los derechos de todos los internautas para acceder y compartir información en un espacio digital libre.
Fuente: EFF.org