Breve, pero con mucha calidad, está siendo la última temporada de Ibermúsica en el Auditorio Nacional de Música de Madrid. Se presentó como una gran celebración para los 50 años de la compañía con una programación maravillosa que abarcaba de 2019 a 2021 y quedó quebrada por culpa del virus que no perdonó a nadie y obligó a la cancelación de estupendos conciertos para marzo de 2020 con el confinamiento general y a no poderlos reanudar, pese a las buenas intenciones, a fines de ese complejo año. Una temporada escasa de primavera con apenas cuatro conciertos que permitieron mantener vivo el impulso de Ibermúsica y satisfacer de manera mínima a los seguidores.
Aunque fueron pocos, han sido algunos de los mejores. Retomó la temporada de primavera el gran pianista ruso Evgeny Kissin el 15 de marzo, un viejo conocido de España e Ibermúsica que debutó en el país en 1988 con solamente 16 años de la mano de Ibermúsica y desde entonces viene ofreciente numerosos recitales para el recuerdo. En esta ocasión, además de interpretar tres composiciones de Chopin, uno de sus autores preferidos, ofreció obras de Berg, Gershwin y el estreno europeo de las Cinco piezas para piano op.2 del ruso Tikhon Jrennikov. Su éxito fue, una vez más, enorme, acogido por un público que ansiaba escucharle y celebrar el regreso de Ibermúsica a los escenarios. Kissin lo agradeció con cuatro bises.
La primera y única hasta ahora orquesta de la breve temporada estuvo el 21 de abril, de la mano del director griego Teodor Currentzis y música Eterna, una orquesta singular creada en la ciudad rusa de Perm, en los Urales, por el propio director. La orquesta está compuesta por jóvenes músicos de excepcional calidad. Igualmente el rectal fue un éxito porque además de su calidad contaba con el atractivo de dos de las grandes obras de la música clásica, las sinfonías 40 y 41 del genial Mozart, uno de los compositores más queridos e interpretados por el director greco-ruso que ya ha registrado varias óperas del compositor austriaco, así como su Réquiem, precisamente, junto a musicAeterna. Cada concierto de estos músicos constituye una inmersión a lo desconocido a partir de clásicos de todos los tiempos.
El tercero de los conciertos del año tuvo como protagonistas a tres de los mejores solistas de la actualidad, el violinista y director de la Academy of Saint Martin in the Fields, Joshua Bell (que regresa a Ibermúsica tras 8 años), el violonchelista Steven Isserlis y el pianista Alessio Bax que sustituyó a última hora al previsto Evgeny Kissin, tres músicos excepcionales cuya unión en trío tiene como fin poner luz y buena música a la situación que vivimos. Interpretaron un programa que incluía sonatas para cada uno de los instrumentos de cuerda con piano, la K. 454 de Mozart para violín y la op. 40 de Shostakovich para violonchelo y cerrar con el romántico Trío para violín, violonchelo y piano, núm. 1 en Re menor, Op. 49, de Félix Mendelssohn.
Ravel, Schubert y Berstein
Una combinación extraña cierra el breve ciclo primaveral de Ibermúsica de la mano- de las cuatro manos deberíamos decir- de las hermanas Katia y Marielle Labèque que unirán obras de Ravel (Ma Mère l’Oye en versión original para dos pianos) y Schubert (Fantasía para piano a 4 manos en Fa menor, D. 940) con algunas de las piezas más conocidas de la ya también Inmortal West Side Story: Something’s Coming, Jet Song, One hand, one Heart, I Feel Pretty, Tonight, Maria y America.
Las pianistas Marielle y Katia Labèque reinterpretan West Side Story en un arreglo para pianos especialmente producido por Irwin Kostal, orquestador de la obra original. Esta versión, avalada por el propio Leonard Bernstein, rinde homenaje a la comedia musical y la cultura popular sustituyendo los movimientos y colores de la música latina por los íntimos y sutiles de la música de cámara. A falta de lirismo, las voces despliegan nuevas frases de insospechada autenticidad.
Alfonso Aijón fundó Ibermúsica en 1970, cuando se propuso traer a España las mejores agrupaciones sinfónicas del mundo. Desde entonces Ibermúsica, ha evolucionado en concordancia con los tiempos conservando la calidad artística, el rigor y la pasión por el arte y la música. La institución ha trabajado durante cerca de 50 años y la relación de artistas que han debutado en España de la mano de Ibermúsica es dilatadísima, gracias a la profesionalidad que ha sido consigna de esta casa. Asimismo, gracias a Ibermúsica se han estrenado en España numerosas obras de compositores tan relevantes como Stravinsky o Shostakovich.
De la mano de Llorenç Caballero, actual Director General de la compañía, Ibermúsica sigue apostando por traer a nuestro país la mejor música con los mejores directores, solistas y orquestas del mundo en Madrid.
Protocolo de seguridad
Como viene siendo habitual desde que se reabrieron las salas de concierto, Ibermúsica cumple con la normativa establecida por las autoridades sanitarias y contemplan todas aquellas medidas necesarias para garantizar la seguridad, tanto del público asistente como de los artistas y trabajadores del ciclo: Aforo limitado (según la legislación vigente); Espacio de seguridad entre los asientos de diferentes compradores; Uso obligatorio de mascarilla durante todo el concierto; Entrada y salida escalonada para mantener las distancias; Dispensadores de gel hidroalcohólico en los accesos; Conciertos sin descanso ni pausas; Programa de mano electrónico.
Quienes estén interesados en adquirir localidades, aún hay disponibles en: www.entradasinaem.es; tel.: 902 22 49 49 o directamente en las taquillas del Auditorio Nacional de Música.