En la reciente gala de los II Premios de Arquitectura y Urbanismo del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha, celebrada en Cuenca, se destacó la ‘Casa de Campo’ en Zafra de Záncara, Cuenca, como la obra ganadora en la Categoría 1 del Premio COACM de Arquitectura Obra Nueva Vivienda. Esta creación del Estudio Canobardin, compuesto por Julio Cano, Bárbara Bardin y Rosa Cano, fue elogiada por el jurado por su capacidad para «atrapar el paisaje sosteniendo, desde la modernidad, la tradición viva».
El premio fue entregado por Juan José Ramón, presidente de la demarcación de Cuenca del COACM, y lo recibió Julio Cano, quien expresó su alegría y gratitud en nombre del estudio al ser reconocidos en este prestigioso certamen. La ‘Casa de Campo’, emplazada en un municipio de menos de 100 habitantes, se construyó con la finalidad de fomentar el desarrollo sostenible y el turismo local mediante la generación de empleo en la comarca.
Durante su discurso, Cano subrayó la importancia de potenciar los pueblos pequeños de la región, haciendo hincapié en que la tradición y la modernidad pueden coexistir en armonía. La casa ha sido diseñada para integrarse perfectamente en el entorno rural, provocando la sensación de que siempre ha pertenecido al paisaje.
La construcción fue realizada exclusivamente por trabajadores de la zona, utilizando técnicas y materiales locales que aseguran la durabilidad y sostenibilidad de la vivienda. Cano destacó que «la casa se posa con naturalidad sobre el paisaje», aprovechando las características del terreno y orientándose de manera que maximiza las vistas y la iluminación natural.
La ‘Casa de Campo’ está equipada con una instalación solar fotovoltaica que garantiza el suministro eléctrico y de agua, el cual se obtiene de un pozo cercano. La calefacción, fundamental en un clima frío y ventoso, se resuelve con una caldera de biomasa, complementada por el buen aislamiento de los muros de termoarcilla.
Los dueños de la finca, interesados en el desarrollo agrícola, pasan largas temporadas en esta casa que, a pesar de estar situada a solo una hora y cuarto de Madrid, ofrece un refugio tranquilo y sostenible. Con esta obra, el Estudio Canobardin busca demostrar que es posible contribuir al desarrollo rural verdadero mediante iniciativas de calidad, a diferencia de los grandes proyectos de energías renovables que, según Cano, no benefician a las comunidades locales.
Esta vivienda no solo representa una solución arquitectónica efectiva y respetuosa con el medio ambiente, sino también un ejemplo de cómo el diseño puede contribuir al desarrollo económico y social de las zonas rurales. La ‘Casa de Campo’ ha sido construida con un profundo respeto por la tradición local y un compromiso claro con la sostenibilidad, lo que la convierte en un modelo a seguir para futuros proyectos en la región.
